Nuestra fábrica textil ya está a pleno funcionamiento.

RUREX llegó sobre las doce y media de la mañana y nos repartimos en diferentes mesas para recordar aquellos compromisos que habíamos adquirido en el primer taller teórico/práctico: Aportar nuestro granito de arena a la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible.

Los Simpson nos mostraron conceptos como subcontratación o deslocalización industrial y poco a poco fuimos reflexionando sobre los procesos de producción que siguen las prendas de vestir que utilizamos o las condiciones laborales de las personas que trabajan en esta industria.

Cuando nos dimos cuenta nos habíamos convertido en trabajadores de una cadena de montaje que nos hacía producir mayor cantidad a un ritmo cada vez más rápido.

Somos cuatro grupos bien organizados que tenemos diferentes funciones.

El primer grupo se encarga de hacer los patrones: medimos, dibujamos, escribimos y cortamos en papel. El segundo se hace cargo del corte: con alfileres fijamos los patrones a los sacos y una vez fijados, cortamos con mano firme para que queden perfectos. Los sacos ya recortados pasan al tercer grupo: el de plancha, que se encarga de planchar los recortes de saco con ayuda de toallas y buen pulso. Por último, el taller de confección ensambla los retales para ir dando forma con las máquinas de coser a lo que serán nuestras BOLSAS REUTILIZABLES, que es el producto final del que disfrutaremos en los comercios de nuestra localidad.